En Emoutad, el rápido crecimiento nos confrontó con un desafío: la inconsistencia en la interfaz de nuestros productos. Cada nuevo desarrollo introducía desviaciones visuales y de interacción, fragmentando la experiencia del usuario y ralentizando a nuestros equipos. Decidimos buscar la armonía. Nuestro objetivo era claro: implementar un sistema de diseño escalable que unificara nuestra identidad visual y de interacción, acelerando el desarrollo y permitiendo a nuestros talentos enfocarse en la innovación. Para Emoutad, esto fue una inversión estratégica en eficiencia, coherencia de marca y calidad de la experiencia que ofrecemos.
Adoptamos metodología ágil con reuniones diarias y comunicación abierta. Las sesiones de co-creación entre diseño y desarrollo fueron clave para iteraciones rápidas. Herramientas como Figma y Storybook centralizaron nuestra colaboración, asegurando acceso a componentes actualizados. Confianza y respeto mutuo fueron pilares esenciales.
El momento más complejo fue la fase de integración con productos operativos. Diseñamos un sistema elegante, pero la realidad de nuestra base de código heredada nos confrontó. El reto: reemplazar lo antiguo sin perturbar un servicio activo. Una semana intensa, donde un simple botón reveló una compleja red de dependencias, lo demostró. Fue un rompecabezas técnico y estratégico, una delicada danza entre modernización y estabilidad. Este desafío nos obligó a considerar la viabilidad pragmática de la implementación, siendo una prueba definitiva para nuestra resolución de problemas.
El fruto de nuestro esfuerzo es un Sistema de Diseño escalable y unificado: una biblioteca de componentes reutilizables, directrices claras y documentación exhaustiva. Ahora, diseñadores y desarrolladores acceden a un ecosistema predefinido y probado. Esto ha generado un impacto transformador:
Este sistema es el pilar sobre el que construimos el futuro de nuestra experiencia digital.
Este proyecto trascendió la mera implementación tecnológica; fue un viaje de aprendizaje profundo para todo el equipo de Emoutad. Aprendimos la importancia vital de la comunicación interdepartamental y la necesidad de una visión compartida. Nos enfrentamos a la deuda técnica y descubrimos la resiliencia de nuestro equipo. Cada uno creció en habilidades técnicas, de diseño y en nuestra capacidad para colaborar. Este sistema de diseño ha redefinido nuestra cultura de trabajo, fomentando una mentalidad de estandarización, calidad y profunda empatía por el usuario. Es un testimonio de lo que logramos juntos con propósito y pasión.